El verano es esa época del año en la que todo parece más relajado: los horarios, la alimentación, las rutinas… y, sin quererlo, también la higiene bucal. Aunque no lo parezca, el cuidado dental en verano es igual de importante que en cualquier otra estación, si no más. El calor, los cambios de hábitos y los excesos pueden poner en riesgo tu salud bucodental si no tomas ciertas precauciones.
A continuación te contamos los errores dentales más comunes que se cometen en vacaciones y cómo puedes evitarlos para mantener tu sonrisa sana durante todo el verano.
1. Saltarte la rutina de higiene bucal
Cuando estás de vacaciones, es fácil que el cepillado dental pase a segundo plano. Cambias de casa, viajas, sales hasta tarde… y muchas veces te vas a dormir sin lavarte los dientes.
Pero descuidar tu rutina dental en verano puede tener consecuencias. Las bacterias no se van de vacaciones: si no eliminas los restos de comida y placa a diario, aumentas el riesgo de caries, gingivitis y mal aliento.
- Consejo práctico: lleva un kit dental de viaje contigo (cepillo, pasta, hilo dental) y no te saltes el cepillado nocturno, aunque llegues tarde o cansado.
Te contamos cómo evitar los errores más comunes durante el cepillado dental: https://www.zasdental.es/actualidad/los-errores-mas-comunes-a-evitar-durante-el-cepillado-dental/
2. Consumir más azúcar del habitual
Helados, refrescos, granizados, cócteles… El verano viene cargado de tentaciones azucaradas. Y aunque disfrutar está bien, el consumo excesivo de azúcar afecta directamente a tu salud bucal en verano.
El azúcar alimenta a las bacterias responsables de la caries y, si no se elimina bien, puede acabar debilitando el esmalte dental.
- Consejo práctico: intenta limitar los alimentos y bebidas azucaradas, especialmente entre comidas. Opta por agua fría, frutas naturales o alternativas sin azúcar. Y si tomas algo dulce, espera al menos 30 minutos antes de cepillarte los dientes, para no dañar el esmalte reblandecido por los ácidos.
3. Descuidar la hidratación
Parece algo menor, pero beber poca agua afecta también a tu boca. La deshidratación disminuye la producción de saliva, y la saliva es esencial para neutralizar ácidos, prevenir caries y mantener el equilibrio en tu cavidad oral.
En verano, con el calor, sudamos más y necesitamos compensar esa pérdida.
- Consejo práctico: mantén una buena hidratación durante todo el día. Si además bebes agua después de comer o picar algo, ayudas a arrastrar parte de los restos de comida y reducir la acidez.
Esto es clave para evitar caries en verano, sobre todo si no puedes cepillarte tras cada comida.
4. Ignorar los efectos del cloro y el sol en tu sonrisa
El impacto del verano en los dientes no solo viene por lo que comemos o dejamos de hacer. El cloro de las piscinas, por ejemplo, puede alterar el pH de la boca y afectar a las encías. Y si usas ortodoncia o llevas empastes o resinas, la exposición prolongada al sol puede cambiar su coloración.
- Consejo práctico: enjuágate con agua tras bañarte en la piscina y usa protector labial con SPF. Así cuidas tanto tus labios como tus dientes.
Recuerda que proteger tu sonrisa del sol también es parte del cuidado dental en verano.
5. Retrasar tu visita al dentista hasta después del verano
Uno de los errores dentales comunes en verano es dejar cualquier molestia «para septiembre». Una pequeña sensibilidad o molestia puede evolucionar en pleno agosto y fastidiarte las vacaciones.
Además, en vacaciones sueles tener más tiempo libre, así que ¿por qué no aprovecharlo?
Consejo práctico: si hace tiempo que no visitas al dentista, aprovecha antes de irte de viaje. Una revisión puede detectar a tiempo posibles problemas y darte consejos dentales para el verano personalizados.
Cómo mantener la boca sana durante el verano: hábitos clave
Además de evitar los errores anteriores, aquí van algunos hábitos bucales saludables en vacaciones que puedes adoptar:
- Cepíllate al menos dos veces al día, incluso si estás fuera de casa.
- Usa hilo dental o cepillos interdentales a diario.
- Evita abrir botellas con los dientes o morder hielos: pueden fracturar piezas.
- Incluye alimentos ricos en calcio y fibra, como queso, manzana o frutos secos.
- Visita a tu dentista si notas sangrado de encías, molestias o si hace más de un año desde tu última revisión.
Alimentación y salud bucal en verano: una relación más importante de lo que parece
Lo que comes influye directamente en el estado de tu boca. En verano, se tiende a picar más entre horas, comer fuera de casa y optar por snacks poco saludables.
Intenta que tu dieta también ayude al cuidado dental en verano: frutas como la sandía, el melón o la manzana no solo hidratan, sino que ayudan a limpiar los dientes de forma natural. Los lácteos, además de refrescar, aportan calcio y fortalecen el esmalte dental.
Y si consumes alcohol o bebidas ácidas, modera su consumo y acompáñalo con agua.
Conclusión
El verano está para disfrutar, sí. Pero eso no significa dejar de lado tu boca. Unos pocos gestos diarios pueden marcar la diferencia entre una sonrisa sana… o una cita de urgencia en septiembre.
Recuerda: el cuidado dental en verano no es solo cosa de niños o de dentistas, es una parte más de cuidarte. Como te pones protector solar en la piel, protege también tu sonrisa.
En Zas Dental también nos tomamos un pequeño descanso en agosto (del 11 al 22), pero el resto del verano seguimos cuidando de tu sonrisa. Y si quieres profundizar, te recomendamos esta guía de salud bucodental en vacaciones publicada por el Consejo General de Dentistas