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Los dientes de conejo, también llamados dientes salidos, son una maloclusión y un problema común cuando los dientes superiores o paletas, con un tamaño mayor a unos dientes normales, no encajan con los inferiores. Esta característica puede ser fruto de acoso escolar o bullying en nuestros hijos, ya que cualquier excusa es válida para hacerles pasar un mal rato.
Identificar si este problema puede ocasionar pérdida de autoestima en los más pequeños es crucial, pero también saber que estos dientes están más expuestos a no desarrollar un buen hábito de masticar, a sufrir golpes y a potenciar la respiración bucal, de la cual ya hemos hablado en artículos anteriores. Cuando la protusión que es consecuencia de una maloclusión tipo II, es muy pronunciado puede incluso deformar el rostro del paciente haciéndole incapaz de cerrar los labios.
¿CÓMO SE ORIGINAN LOS DIENTES DE CONEJO?
Usualmente están relacionados con el tipo de mordida, cruzada, abierta o con apiñamientos dentales. Pero también pueden ser los factores genéticos u otros aspectos físicos de la propia persona los que dan lugar a este problema de protusión. No obstante, el uso excesivo de chupar el dedo o la chupeta en bebés puede empeorar este problema y provocar el inicio de una maloclusión.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA CORREGIR ESTA MALOCLUSIÓN?
Acudir a un ortodoncista será vital para tratar este problema, ya que además de estudiar la alineación de sus dientes y examinar el estado general de la boca, propondrá un tratamiento de ortodoncia eficaz para reacomodar la dentadura y disminuir así la maloclusión.
Hoy en día disponemos de una alternativa a los bracketts tradicionales, la ortodoncia invisible. Este juego de alieneadores transparentes, se realiza a la medida de la boca del paciente para adaptarse a ella.
Sin duda se trata de la opción estética más efectiva y para cualquier edad. Además en comparación con otras ortodoncias se reduce el riesgo de sufrir caries en los dientes debido a su sencillo mantenimiento que no interviene con una buena higiene dental.
Otras alternativas que el ortodoncista puede ofrecer y en casos más extremos o poco comunes, es practicar una cirugía para cambiar la forma de la mandíbula. No obstante no debemos preocuparnos de esto, lo ideal es que acudamos cuanto antes a nuestro dentista de confianza para ver que tratamientos puede ofrecernos al respecto.
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